Las manos son una de las zonas del cuerpo más expuesta a las agresiones externas, lo que las hace más propensas a sufrir manchas y arrugas. A medida que envejecemos las manos se resecan con mayor facilidad y pierden su firmeza, esto se debe principalmente a la exposición solar, el envejecimiento y a la falta de nutrientes, aunque también contribuyen agentes externos como el consumo de tabaco, el agua muy caliente o muy fría y el contacto con productos químicos que dañan la piel, como los productos de limpieza.

Las manos son parte de nuestra carta de presentación por lo que es importante que las cuidemos, manteniéndolas hidratadas usando cremas hidratantes, realizando peelings químicos, mesoterapia y tratamientos exfoliantes para eliminar las células muertas y las impurezas del dorso de las manos.

Los tratamientos más adecuados para rejuvenecer las manos son la luz pulsada para la eliminación de manchas y el relleno de ácido hialurónico o hidroxiapatita cálcica. Con estos tratamientos se quieren corregir las manchas y arrugas de la piel, a la vez que se estimula la producción de elastina.